jueves, 2 de octubre de 2025

Cómo empezar a ser un docente digital (en 2 pasos, sin complicarte)

 

¿Quieres empezar a ser un docente digital y sientes que te abruma tanta información? Este texto es para ti.

Hace unos años migré de este espacio a las publicaciones en Linkedin. Creo que fue un error no ir vinculando ambos espacios así que si prefieren leer este texto en Linkedin pueden hacer clic aquí o si quieren ver todas las publicaciones de estos años pueden visitar mi perfil (https://www.linkedin.com/in/sandromarcone/).

PASO 1: lee y reflexiona sobre los siguientes consejos.

1. Romper con la dependencia. No dependas solo de lo que proponga la UGEL o el MINEDU: asume el control de tu formación digital. La educación digital implica asumir con autonomía el control de tu experiencia formativa: buscar, explorar y elegir lo que realmente te ayuda en tu práctica.

2. Empezar con lo que ya tienes. El móvil, WhatsApp o Facebook no son enemigos. Son herramientas a la mano que permiten comunicarte, organizar y hasta crear actividades con tus colegas o estudiantes. Antes de buscar la “plataforma ideal” o la más reciente aprovecha al máximo lo que ya usas cotidianamente.

3. Incorporar lo digital en tu aula paso a paso. No necesitas cambiar todo de golpe. Pregúntate: ¿qué pequeña mejora puedo hacer en mi próxima clase usando audio, video o un recurso interactivo? Lo más importante es el propósito, ¿para qué quiero hacer este cambio? El impacto se mide en acciones concretas, no en horas de capacitación acumuladas.

4. Usar la inteligencia artificial como aliada. Hoy existen múltiples herramientas de IA generativa (ChatGPT, Gemini, Copilot, incluso asistentes en WhatsApp). No importa cuál elijas, lo importante es empezar la conversación ya!, por ejemplo: “soy docente, ayúdame a mejorar mi clase”. Ese primer diálogo puede marcar una diferencia enorme en tu trabajo y en tu vida.

5. Valorar tu propio cambio como indicador. Ademas de pensar en certificados para el escalafón, pregúntate: ¿cuántas de mis sesiones de este año he enriquecido o replanteado con apoyo digital? Ese porcentaje es un mejor indicador de tu avance que un certificado.

6. Apostar por el aprendizaje asincrónico. Tu tiempo es limitado, muchas veces repartido entre dos o tres trabajos. La clave es aprender en los momentos disponibles: en el bus, antes de dormir, con recursos que puedas avanzar de manera autónoma y sin horarios rígidos.

7. Pensar en el bien común. La tecnología no es neutra: puede abrir brechas si solo beneficia a quienes ya tienen más ventajas. Cada decisión que tomes —qué recurso usar, cómo diseñar una actividad— debería tener presente, siempre, la equidad y el aprendizaje de todos tus estudiantes.

La educación digital se trata de aprender mejor y enseñar mejor. Y eso empieza con pequeñas decisiones cotidianas que dependen, sobre todo, de ti. Pero tampoco tienes que hacerlo solo o sola, identifica uno o varios colegas que te ayuden.

PASO 2: prueba alguna de estas actividades que son gratis, sencillas y rápidas.

La clave está en elegir experiencias sencillas, motivadoras y con impacto inmediato en los estudiantes. Aquí te comparto tres que puedes probar según el nivel en el que trabajes:

1.     🌱 Inicial: Cuento con Realidad Aumentada Los niños colorean una hoja con un animal. Al enfocarla con la app gratuita Quiver, el dibujo cobra vida en 3D. Esta experiencia lúdica conecta arte, ciencia y tecnología, despertando sorpresa y preguntas en los más pequeños.

https://quivervision.com/

2.     📚 Primaria: Ciencia con PhET Con una simulación gratuita de la Universidad de Colorado, los estudiantes manipulan temperatura y observan cómo cambian los estados del agua. Así, conceptos abstractos se vuelven concretos sin necesidad de costosos laboratorios.

https://phet.colorado.edu/es/

3.     🎓 Secundaria: Matemáticas con Khan Academy e Inteligencia Artificial En álgebra, la IA “Khanmigo” acompaña al estudiante con pistas en lugar de respuestas directas. El docente accede a reportes en tiempo real y los alumnos aprenden a razonar procesos, no a memorizar fórmulas.

https://www.khanmigo.ai/es/teachers

Estos ejemplos demuestran que la tecnología no reemplaza al docente: lo potencia, abre nuevas puertas y motiva a los estudiantes. El reto es simple: elige uno, pruébalo esta semana y reflexiona sobre sus resultados. Así empieza tu camino como docente digital. Si te animas cuéntanos como te fue en los comentarios.

miércoles, 17 de septiembre de 2025

La Inteligencia Artificial no es Emocional

Hace unos años migré de este espacio a las publicaciones en Linkedin. Creo que fue un error no ir vinculando ambos espacios así que si prefieren leer este texto en Linkedin pueden hacer clic aquí o si quieren ver todas las publicaciones de estos años pueden visitar mi perfil (https://www.linkedin.com/in/sandromarcone/).

viernes, 22 de agosto de 2025

La deuda pendiente con la educación digital en el Perú

Desde hace unos años he migrado de este espacio a las publicaciones en Linkedin. Creo que fue un error no ir vinculando ambos espacios así que si prefieren leer este texto en Linkedin pueden hacer clic aquí o si quieren ver todas las publicaciones de estos años pueden visitar mi perfil (https://www.linkedin.com/in/sandromarcone/).

Este es el texto en versión larga de lo que se publicó, como columna de opinión el 15 de agosto del 2025 en el diario Perú21, para leerla puede hacer clic aquí

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En el Perú seguimos hablando de transformación digital educativa como si fuese un asunto de capacitar docentes en nuevas aplicaciones. Pero detrás de ese discurso hay una realidad más compleja: un sistema que arrastra deudas estructurales con sus maestros y maestras.

La primera de ellas es la precariedad de la carrera docente pública y privada. Con jornadas múltiples y salarios insuficientes, a muchos docentes se les exige innovar sin contar con tiempo ni condiciones reales para siquiera reflexionar sobre su práctica pedagógica. La segunda deuda es más profunda: los problemas históricos de lectoescritura. Si bien solemos pensar que esto afecta solo a los estudiantes, la verdad es que muchos docentes también arrastran estas dificultades, lo que limita su capacidad de actualización profesional.

En este escenario, esperar que el maestro se “transforme digitalmente” por su cuenta resulta falaz. No se trata solo de que aprendan a usar más plataformas, sino de que como sistema hagamos con ellos y ellas pedagogía de lo digital: experiencias que le permitan capacitarse a su propio ritmo, aprovechar herramientas digitales para su formación y fortalecer su autonomía profesional.

Esto implica cambiar el enfoque de la capacitación y de la evaluación. No basta con ofrecer cursos masivos y certificados. La pregunta central no debería ser cuántas horas o cuántos talleres acumula un docente, sino qué cambios concretos introduce en su práctica. Si empieza a enriquecer sus sesiones con audio, video o experiencias interactivas, si replantea sus clases incorporando lo digital con sentido pedagógico, ahí recién podemos hablar de capacitación efectiva.

La tercera deuda se generó durante la pandemia. La educación digital no se trata solo de clases remotas. Su valor también se juega en la presencialidad. La interactividad y la colaboración deberían ser principios pedagógicos centrales, no añadidos de moda.

Por eso, la clave está en tres enfoques de transformación:

1. Gestión territorial e institucional, empoderando a directores y docentes en lugar de someterlos a una supervisión burocrática centrada en papeleo y comprometiendo a toda la institución educativa.

2. Competencia digital, más allá del simple “uso de TIC”: comprender críticamente lo digital, sus interfaces, sus riesgos y oportunidades.

3. Evaluación, que mida cambios conductuales y no solo certificados acumulados.

También se requiere una actitud distinta del propio maestro: dejar de esperar que alguien mas defina su camino formativo y aprovechar las herramientas a la mano —desde su celular y WhatsApp hasta una aplicación de inteligencia artificial generativa— para explorar nuevas formas de enseñar. El docente que se reconoce como protagonista de su aprendizaje abre un camino más sólido que aquel que depende solo de programas externos.

El éxito en la transformación educativa no depende de regalar pizarras interactivas o de prohibir celulares por ley. Depende de un sistema que acompañe a las instituciones educativas en un proceso gradual y con propósito, donde cada avance se traduzca en mejores aprendizajes para los estudiantes.

La educación digital no puede ser una moda ni un factor de exclusión. Si no ponemos el bien común en el centro, seguiremos repitiendo los mismos errores: más dispositivos, menos pedagogía. El verdadero reto es construir un sistema educativo donde la tecnología sea una extensión y afinamiento de nuestra capacidad de enseñar y aprender, y no una carga más sobre los hombros de los maestros.